En esta última edición del concurso de carteles para anunciar la Aste Nagusia bilbaína, muchos de nosotros nos hemos quedado boquiabiertos, pero del horror. Ya nos estamos acostumbrando a preguntarnos dónde narices está la cámara oculta cuando anuncian los finalistas del certamen. ¿Pero como vamos a votar semejantes diseños cuando parece una absoluta broma gráfica?
Muchos supongo que habrán llegado a pensar que en Bilbao, una ciudad que pretende convertirse en capital y referente del diseño en todos sus ámbitos y exponentes, albergando diferentes eventos, actos, conferencias, concursos y formaciones, entre otros, no tiene buenos diseñadores gráficos entre sus ciudadanos. Sin embargo, me atrevo a decir que no es así.
En 2010 presenté dos carteles y en cuanto vi lo que llevaba la gente supe que no iba a ganar ni sobornando al jurado para que mi creación estuviera entre los finalistas. Había cosas realmente buenas, que por supuesto nunca llegue a ver en la final.
Hay quienes lo achacan a que el jurado sólo cuenta con un diseñador gráfico, pero para tener buen gusto y un poquito de ojo no hace falta ser hipster o haber estudiado Bellas Artes. Hay cosas de sentido común, como no utilizar 20.000.000 de tipografías en un mismo cartel. Por no entrar a comentar ese aire rancio que desprenden ya las composiciones a base de 'Marijaias' espantosas, 'Gargantuas' o la puñetera baldosa de Bilbao. ¿En serio es eso lo único que tiene nuestro querido Botxo?
Como todos los años, desde 2011, yo los comparto con vosotros y os invito a que dejéis vuestras opiniones y veáis el resultado de otras ediciones. Para LOM el único que se salva es desde luego este primero que os enseño.
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