Me gustaría dedicarle unas palabras al que ya se ha convertido en mi fisgón número uno, pero no me queda más remedio que echar mano del fragmento de un poema de Carlos Pellicer. Básicamente porque resume todo lo que le quiero decir :) Cuánto de verdad tiene el refrán "en casa del herrero, cuchillo de palo"...
Va por ti, mi amor.
Yo había puesto
encima de mi pecho,
un pequeño letrero que decía:
“Cerrado por demolición”.
Y aquí me tiene usted
pintando las paredes
pintando las paredes
y abriendo las ventanas.
Carlos Pellicer
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