Tu y yo, así pensé siempre que sería y así me gustaría que hubiera sido, porque para mi sólo había un tú y para ti sólo había un yo. Sin embargo, ni el más remoto consuelo ha sido capaz de borrar todo lo que tú y yo eramos cuando estábamos juntos. Y aunque tampoco haya quien lo entienda, porque sólo tú y yo sabemos lo que el uno y el otro eramos para ambos, yo sé que esto para mi fue lo peor que pudo ocurrir entre nosotros. Que las cosas habrían sido muy diferentes antes, ahora, y sobre todo mañana, porque el mañana siempre está ahí y tú no, y yo espero, impaciente, a que irrumpas en alguno de mis sueños o mis pensamientos.
Ya no intentó explicar lo que se siente, no me preocupó por si hay quien se molesta en entender o no. Oigo palmaditas mudas en la espalda; creen que se debe pasar página y qué ya es hora, pero una buena historia no es historia sin las páginas que la preceden y la hacen llegar hasta el final. Tú y yo lo sabemos, sabemos que esto nunca se supera, nunca se pasa, nunca se olvida, que no es cuestión de tiempo y mucho menos de páginas. Y que no por ello somos menos felices o más tristes. Somos lo que somos con el recuerdo de quienes se han ido y con la esperanza de quienes se quedan. Y eso es lo único que sí cuenta.
Porque, aunque hay quien me pide que todas estas historias me las guarde y lo reserve para cuando estemos a solas, tú me enseñaste que las grandes historias hay que compartirlas, desde una mirilla o desde otra, la tuya o la mía... Y yo me aferro a que tú tengas tu propia mirilla por la que presenciar todas estas grandes historias que te estás perdiendo desde que dejamos de ser nosotros para ser solamente yo.

Ya no intentó explicar lo que se siente, no me preocupó por si hay quien se molesta en entender o no. Oigo palmaditas mudas en la espalda; creen que se debe pasar página y qué ya es hora, pero una buena historia no es historia sin las páginas que la preceden y la hacen llegar hasta el final. Tú y yo lo sabemos, sabemos que esto nunca se supera, nunca se pasa, nunca se olvida, que no es cuestión de tiempo y mucho menos de páginas. Y que no por ello somos menos felices o más tristes. Somos lo que somos con el recuerdo de quienes se han ido y con la esperanza de quienes se quedan. Y eso es lo único que sí cuenta.
Porque, aunque hay quien me pide que todas estas historias me las guarde y lo reserve para cuando estemos a solas, tú me enseñaste que las grandes historias hay que compartirlas, desde una mirilla o desde otra, la tuya o la mía... Y yo me aferro a que tú tengas tu propia mirilla por la que presenciar todas estas grandes historias que te estás perdiendo desde que dejamos de ser nosotros para ser solamente yo.

Eres increible Patri...
ResponderEliminarPrecioso Patri.
ResponderEliminarOtra vez me has dejado sin palabras..... que puedo decir... es precioso!! tienes un don!! gracias por compartirlo!!!:)
ResponderEliminarGracias a vosotros por no pedir que me lo guarde ;)
ResponderEliminarMuy Bonito, Patri
ResponderEliminarUnzu
Precioso Patri ;) no se pierde estas grandes historias, las vive a través de ti ;) Puede estar más que orgulloso de tu yo, no un “solamente yo”, sino un gran YO que ayuda a formar muchos maravillosos nosotros, y eso demuestra que sigue contigo. Gracias Patri por nos guardártelo, gracias Patri por compartir tu yo con nosotros ;) Precioso yo el tuyo!!!!!!!!!! ;)
ResponderEliminarPrecioso. Gracias por contarlo! !
ResponderEliminar